2008/12/31

Año Nuevo - Montaña Nueva

Mañana comienza el 2009. Un nuevo año. Una nueva oportunidad para decir “me propongo”. “Me propongo dejar atrás los errores y poner en el olvido deslices del 2008 y cambiar mi persona, cambiar mis actitudes, cambiar mi vida.” Un nuevo comienzo. Una nueva oportunidad. Un nuevo amanecer.

Y después de las 12 campanadas, las 12 uvas, las 12 gotas de champán que caen dentro de tu copa, y luego de haberte puesto ropas interiores de diferentes colores, al derecho o al revés, luego de entrar y salir con maletas de tu casa por un determinado número de veces, brincando con el pie derecho o subiendo y bajando escaleras como loco, trayendo dinero dentro de los zapatos, y un sinnúmero más de cábalas y supersticiones, llegará el momento de realmente comenzar a hacer tu vida.

Y este nuevo rumbo se puede comparar con la metáfora de escalar montañas. Cada meta que te propongas, cada capítulo de tu vida, cada cima que desees conquistar, es una montaña que escalar.

Y al igual que subir una montaña, hay ciertos consejos que te harán más placentero y significativo el ascenso.

Primeramente, escoge la montaña que deseas subir, pero no te dejes llevar o influenciar por los comentarios de los demás, que dicen “ésa es la montaña más bonita” o “aquélla es más fácil” o “¿para qué te vas a esforzar tanto por subir aquella otra montaña? Mejor nos quedamos aquí porque yo no tengo ganas de subir”. Escalar tu montaña, alcanzar tu meta, seguramente va a requerir mucha energía y entusiasmo de tu parte y, por lo tanto, tú eres el único responsable de alcanzar la cima y debes estar seguro de lo que estás haciendo. Debe ser tú decisión.

Cuando te pones a considerar cómo quisieras que fuera tu vida el 31 de diciembre del 2009, de aquí a 365 días, ¿cómo quisieras que fuera?

¿Quieres vivir más relajadamente?

¿Deseas tener un mejor empleo? Tal vez tener tu propio negocio.

¿Se te antoja tener un cuerpo más en forma y saludable?

¿Anhelas una relación sentimental más placentera y satisfactoria?

¿Quisieras colaborar en un proyecto pleno, gratificante y de grandes repercusiones para la humanidad?

Un año; doce meses, 365 días, 8,760 horas, 525,600 minutos. Parecen muchos, pero se desvanecen rápidamente. Seguramente recuerdas algunos de los propósitos que te hiciste hace un año. ¿Dónde quedaron? ¿Qué pasó con aquellos? Ahora sabes que el tiempo se pasa volando.

¿Cómo quieres crear tu vida?

Recuerda que una persona satisfecha se encarga de los diferentes aspectos de su ser, para tener una vida balanceada. Cuando planifiques tus metas, considera tu mente, tu cuerpo y tu espíritu. Encárgate de tu salud, tus relaciones, tu cuerpo, tu intelecto, tus finanzas: Todo tu ser.

Otro consejo para escalar la montaña de tus metas es aprender de alguien que ya caminó por allí. A veces pensamos que somos únicos en lo que queremos lograr, pero siempre habrá alguien que tuvo el mismo sueño antes que tú, y dejó marcas que te pueden facilitar el recorrido; dejó lugares donde colocar la cuerda, picadas, ramas quebradas que te facilitarán la marcha. Ciertamente el trayecto es tuyo, y la también la responsabilidad. Pero no olvides que la experiencia ajena ayuda mucho. No pretendas inventar el hilo negro. El éxito deja huella. Uno de mis mentores dice: “Si quieres hacer o tener algo, encuentra a alguien que ya lo ha logrado y haz lo mismo.” Encuentra un modelo a seguir o un coach que te pueda ayudar y te indique la mejor manera para escalar esa montaña que tienes delante.

Yo crecí mis primeros años en Monterrey, Nuevo León, en una colonia que tenía cerros al norte y al sur que, de niño, parecían montañas. De vez en cuando nos levantábamos temprano los sábados e íbamos a escalar esos cerros. Vistos de lejos, parecen masas uniformes que escalarás sin problemas, pero la experiencia te dice que existen peligros y variaciones del terreno. Estos peligros, vistos de cerca, se pueden controlar: cuando empieces a subir la montaña de tus sueños, presta atención a lo que te rodea.

Hay precipicios, claro. Hay hendiduras casi imperceptibles. Hay piedras tan pulidas por las tormentas que se vuelven resbaladizas como el hielo. Pero si sabes dónde pones el pie, te darás cuenta de los peligros y sabrás evitarlos. Por eso es tan importante la guía de alguien que ya lo ha logrado. También recuerdo que invitábamos a unos vecinitos de la cuadra a escalar, lo que hacía más placentero el trayecto.

Otra cosa que detiene a mucha gente de siquiera comenzar a escalar la montaña es que piensan que deben saber exactamente el camino que van a tomar, y todas las vueltas y senderos que van a recorrer. Pero la lógica te dice que no es así. Basta con que tengas la meta de llegar a la cima, y tengas a la vista el camino inmediatamente presente. Debes conservar tu visión en tu objetivo y tu vista en tu camino. Así, sabrás a dónde te diriges y podrás responder a las incertidumbres y los obstáculos del camino, sin perder de vista tu objetivo final. Siempre habrá cambios y correcciones, ajustes y contratiempos, pero no necesitas saber los pasos que tomarás de principio a fin; solamente debes conocer el fin.

Respeta tu alma: no te repitas en todo momento “voy a conseguirlo”. Tu alma ya sabe que lo vas a conseguir. Lo que necesita tu alma es usar la larga caminata para poder crecer, extenderse por el horizonte, alcanzar el cielo. De nada sirve que te obsesiones en la búsqueda de un objetivo en particular. Además, una actitud así termina por echar a perder el placer de la escalada. Como dice el maestro Zen: “El objetivo está en el trayecto.”

Pero, atención: tampoco te repitas “es más difícil de lo que pensaba”, pues eso te sugestionará y te hará perder la fuerza interior. Es como dice la cita de Henry Ford: “Ya sea que creas que puedes o que creas que no puedes, estás en lo cierto.” ¿Cuántas veces comenzamos una tarea o un objetivo pensando, o lo que es peor, diciendo en voz alta o declarando ante los demás “no lo voy a conseguir”? O nos decimos: “No puedo” o “Las cosas nunca me salen bien” o “Es que soy torpe”. Cuando tenemos este diálogo interno, nos estamos programando constantemente para fracasar.

A veces, cuando le digo a la gente que soy hipnólogo, la gente se voltea o se cohíbe y dice “No quiero que me hipnoticen porque me pueden controlar” (cosa que no es cierto).

Lo que no se dan cuenta es que todo el tiempo nos estamos programando. Nos programamos para el éxito o para el fracaso. Cuando te propones una meta, ¿qué pensamientos pasan por tu mente? ¿Qué obstáculos te pones a ti mismo ANTES de comenzar? Como dice la frase que se le atribuye a Mahatma Ghandi:

Cuida tus pensamientos, pues tus pensamientos se convierten en tus palabras. Cuida tus palabras, pues tus palabras se convierten en tus acciones. Cuida tus acciones, pues tus acciones se convierten en tus hábitos. Cuida tus hábitos, pues tus hábitos se convierten en tus valores. Cuida tus valores, pues tus valores se convierten en tu destino.


Decide ahora mismo prestar atención a tus pensamientos, y asegúrate que sean lo más positivos que te sea posible.

El siguiente consejo es que al decidir escalar tu montaña, prepárate para caminar un kilómetro más: el recorrido hasta la cima de la montaña es siempre mayor de lo que pensabas. Cuando solíamos escalar los cerros frente a la casa de Monterrey, nos dábamos cuenta que, antes de comenzar a escalar, desde abajo, el cerro se veía muy accesible, pero a medida que íbamos subiendo, paso a paso, minuto a minuto, hora tras hora, nos dimos cuenta de que la aparente cercanía no era así. Al escalar la montaña de tus metas, sabe que ha de llegar el momento en que aquello que parecía cercano está aún muy lejos. Pero como te has propuesto llegar hasta la cima, eso no será un problema. Solamente sabe que seguramente vas a tener que hacer más de lo que pensabas. Es como dice Tony Robbins: “Si quieres lograr algo que nunca has logrado, debes hacer algo que nunca has hecho.”

Luego, después de haber alcanzado la cima, después de haber conseguido tu objetivo, alégrate cuando llegues a la cumbre: llora, aplaude, grita a los cuatro vientos que lo has conseguido, deja que el viento allá en lo alto (porque debes saber que allá en la cima siempre hace viento) que el viento allá en lo alto purifique tu mente; refresca tus pies sudados y cansados, abre los ojos, limpia el polvo de tu corazón. Piensa que lo que antes era apenas un sueño, una visión lejana, es ahora parte de tu vida; es una realidad; es un logro personal. Lo conseguiste. Es muy importante para tu subconsciente que celebres estos logros, pues le estás indicando que quieres más de esto. Cuando consigas tu meta, recompénsate.

Haz una promesa: aprovecha que has descubierto una fuerza que no conocías, y dite a ti mismo que, a partir de ahora y durante el resto de tus días, la vas a utilizar. Y, si es posible, promete también descubrir otra montaña, y parte en una nueva aventura.

Por último, cuenta tu historia: sí, cuenta tu historia. Ofrece tu ejemplo. Di a todos que es posible, que sí se puede; así otras personas serán alentadas por tu ejemplo, y tendrán el valor para escalar sus propias montañas.

Así, pues, escoge tu montaña o montañas que deseas escalar, aprende de alguien que ya caminó por allí, ten fe que al ir escalando la montaña podrás resolver cualquier contratiempo, conserva la certeza, a partir de tus pensamientos, que lo puedes lograr. Piensa positivamente y cambia de inmediato cualquier pensamiento contrario. Está lista para caminar un kilómetro más de lo que habías calculado. Alégrate cuando llegues a la cima. Reconoce y celebra esa fuerza que has encontrado en ti, y cuenta tu historia para inspirar a otras personas a aventurarse en sus propias travesías.

Este es mi mensaje para cerrar este año 2008 y comenzar el 2009.

Gracias a todos los que me escriben y me llaman con sus preguntas y sus palabras de aliento, y quisiera que usemos este medio, este blog, para seguir con este intercambio. Con tus comentarios y saludos abajo haremos que esta comunidad virtual crezca. También pienso usar los comentarios y la actividad para decidir los próximos lugares donde realizaremos los Talleres presenciales, como los que tuvimos en Cabo San Lucas y Puebla, México.

Entonces te pido que, al terminar tus comentarios, los “firmes” con tu nombre (si lo deseas, pues no es obligatorio) y tu ciudad y país, como yo “firmo” esta entrada.

También te invito a suscribirte a este blog para que recibas notificación cuando pongamos entradas nuevas. Simplemente oprime donde dice "Seguir este blog" arriba a la izquierda y sigue las instrucciones. Debes registrarte, pero es gratis.

Gracias, y hasta pronto.

Que el 2009 esté lleno de Paz, Éxito, Amor, Luz y Prosperidad, y que alcances todas tus metas; que llegues a la cima de todas las montañas que decidas escalar.

¡Nos vemos en la cima!

Dr. César Vargas
Santa Ana, Estados Unidos

3 comentarios:

vivi arias cuq dijo...

Muy lindo el mensaje!! muy inspirador también!!
Gracias por esas palabras de aliento que siempre hacen el día mejor. Estoy muy contenta de haberme unido a esta comunidad, realmente siento que puede cambiar vidas...
Saludos

Anónimo dijo...

Es real y cierto decidi este año subir la montaña, como dice Cesar Vargas, y la ACTITUD es lo mas importante, pero tambien es cierto que se debe buscar a un mentor o guía, Recomiendo TOMA LAS RIENDAS DE TU VIDA, seminario dado por Bob Proctor, el cual lo creo Earlt Naghtingale. Es espectacular y uno tiene material de trabajo y de estudio para toda la vida, Gracias

Silvania Lemos dijo...

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